Hoy nos gustaría hablarte brevemente de los múltiples usos del acero inoxidable. Uno de los metales más importantes, pues es una aleación de hierro y carbono que se caracteriza por su gran resistencia mecánica, superior a la del hierro. Por otro lado, el acero inoxidable posee la propiedad de resistir a ambientes corrosivos, y eso lo convierte en un metal perenne y reciclable.
Debido a todo esto es muy utilizado en cantidad de sectores como en la industria, la salud, el transporte y energía. Además, debido a sus propiedades ha conseguido tener un lugar destacado en el sector de la construcción, por lo que en este sector se utiliza profusamente.
En Ayga, líderes en carpinterías metálicas en Villajoyosa y Benidorm, queremos que conozcáis algo mejor los múltiples usos del acero inoxidable, sobre todo en la construcción. Aunque el uso más extendido de este metal es el revestimiento metálico, hay muchas empresas que lo utilizan para fabricar estructuras como vigas, pilares, etc.
Beneficios de los múltiples usos del acero inoxidable
Como ya hemos comentado, el principal beneficio que provoca este metal es su gran resistencia a la corrosión. Pero también ofrece buenas propiedades de fatiga y tenacidad, además de necesitar poco mantenimiento. Otros de sus beneficios son que es un material totalmente reciclable, fácil de fabricar, no es magnético y tiene una alta ductilidad. Además, no se mancha fácilmente y su limpieza y mantenimiento son sencillos. También hay que destacar que conserva su apariencia original mucho más tiempo que otros materiales. Y todo esto lo hace idóneo para donde se requiera resistencia y gran solidez estructural en contra de la carga sísmica. Esta razón influye también drásticamente en por qué los usos del acero inoxidable son tan variados.
En la construcción es ideal para utilizarlo en edificios, instalaciones industriales y donde hay exposición a sales de deshielo o estructuras en áreas costeras.
Los usos del acero inoxidable en edificios
El acero es muy utilizado en la construcción de edificios y también lo podrás encontrar en fachadas, entrepisos, chapas, cubiertas y aislamientos. Igualmente se utiliza en conductos de humo, luminarias, cubiertas de edificios, carpintería metálica, etc.
El acero inoxidable también es fácil encontrarlo en edificios comerciales y exteriores. Además, al tener gran resistencia a la corrosión es estupendo para soportar muros de vidrio, balcones etc., y esa es otra de las razones por lo que los usos del acero inoxidable son tantos.
Hay muchas razones por las que las placas de acero inoxidable se utilizan para una amplia variedad de aplicaciones y productos. Una de las principales razones es su alta resistencia a la oxidación y la corrosión. También es resistente a la abrasión y es fácil de limpiar.
Las placas de acero inoxidable (y el acero inoxidable en general) también son fáciles de formar, tienen un aspecto limpio y atractivo y son relativamente ligeras pero muy duraderas. Estos también son bastante maleables sin comprometer la resistencia, lo que los hace ideales para usar con muchas cosas.
El acero inoxidable es utilizado por una gran cantidad de industrias y por muchas empresas debido a esta versatilidad, resistencia y resistencia a la corrosión. El uso de estas placas a menudo depende del grado de la placa. Con tantos grados de placa disponibles, puede estar seguro de que este metal en particular se utiliza para una gran cantidad de aplicaciones.
Los diferentes grados utilizados para clasificar las placas de acero inoxidable constan de números y números con las letras H y L en las combinaciones. El cómo se utilice este metal en particular y con qué propósito, depende del grado de la placa de acero.
La H y L que se utilizan en los grados de acero inoxidable a menudo se refieren a si tiene un contenido de carbono bajo o alto. L es para placas de acero inoxidable con bajo contenido de carbono y H es para aquellas con alto contenido de carbono. Cuando un grado de placa no lleva ninguna de estas dos letras, se denominan grados directos. Se sabe que el acero inoxidable de grado directo contiene al menos un 0,08% de carbono, pero no existe un requisito estricto que indique que estos metales deben tener una cantidad mínima de carbono.